Rectocele
Rectocele
El rectocele es una condición en la que la pared del recto se debilita y protruye hacia la vagina, formando una especie de bolsa que puede causar incomodidad, dificultad para defecar y, en algunos casos, disfunción sexual.
Esta patología es más común en mujeres, especialmente aquellas que han tenido múltiples partos por vía vaginal. En el Instituto Quirúrgico Digestivo (IQD) Madrid, ofrecemos un enfoque comprensivo y especializado para el diagnóstico y tratamiento del rectocele, buscando no solo aliviar los síntomas sino también mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes.

Imagen utilizada con licencia de BruceBlaus, CC BY-SA 4.0 https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0, via Wikimedia Commons.
Causas y factores de riesgo
El desarrollo de un rectocele está asociado con varios factores que contribuyen a la debilidad de los músculos y tejidos del suelo pélvico, así como a la presión excesiva en este área.
Estos factores interactúan de manera compleja, llevando a la protrusión del recto hacia la vagina. A continuación, se detallan y explican más a fondo las causas y factores de riesgo asociados con el rectocele:
- Partos vaginales múltiples: El parto vaginal, especialmente cuando implica partos múltiples o el nacimiento de bebés de gran tamaño, puede estirar, debilitar o incluso dañar los músculos y tejidos del suelo pélvico. Durante el esfuerzo del parto, la presión intensa puede provocar desgarros o disminuir la integridad estructural del soporte pélvico, aumentando el riesgo de desarrollar un rectocele.
- Envejecimiento y menopausia: Con el envejecimiento, los tejidos del cuerpo tienden a perder elasticidad y fuerza, incluidos los del suelo pélvico. La menopausia contribuye a este proceso debido a la disminución de los niveles de estrógeno, una hormona que ayuda a mantener la fortaleza y elasticidad de los tejidos pélvicos. Esta combinación de factores relacionados con la edad puede predisponer a las mujeres a desarrollar un rectocele.
- Esfuerzo crónico al defecar: El estreñimiento crónico y el esfuerzo repetido durante la defecación aumentan la presión intraabdominal, lo que puede forzar y eventualmente debilitar la pared rectal y los tejidos de soporte. Esta presión constante puede llevar a la formación de un rectocele.
- Levantamiento pesado crónico: Actividades que involucran levantar objetos pesados de manera repetitiva pueden ejercer una presión similar a la del esfuerzo al defecar, aumentando la presión sobre el suelo pélvico y contribuyendo a su desarrollo.
- Cirugías previas: Algunas intervenciones quirúrgicas en la región pélvica, como la histerectomía, pueden alterar la anatomía normal o dañar los tejidos de soporte del recto y la vagina, incrementando el riesgo de rectocele.
- Condiciones neurológicas: Enfermedades que afectan los nervios que suministran los músculos del suelo pélvico pueden disminuir su tono y función, facilitando la aparición de un rectocele.
Síntomas
Los síntomas del rectocele pueden variar en severidad, pero comúnmente incluyen:
- Sensación de bulto o presión en la vagina: Que puede ser más notable al final del día o después de un esfuerzo físico prolongado.
- Dificultad para defecar: Incluyendo la necesidad de presionar o manipular manualmente la vagina o el perineo para evacuar.
- Sensación de evacuación incompleta: Después de ir al baño.
- Disfunción sexual: Debido a la incomodidad o dolor durante el acto sexual.
- Incontinencia urinaria o fecal: En casos más severos.
Diagnóstico
El diagnóstico del rectocele generalmente implica un examen físico detallado, que puede incluir un examen pélvico. Además, se pueden realizar pruebas adicionales para evaluar la severidad del rectocele y descartar otras condiciones, tales como:
- Ecografía pélvica: Para obtener imágenes detalladas de la estructura pélvica.
- Manometría anorrectal: Para medir la presión y la función del esfínter anal.
- Defecografía: Un tipo de radiografía que evalúa la función del recto y el suelo pélvico durante la defecación.
Tratamiento en IQD Madrid
El tratamiento del rectocele se enfoca en aliviar los síntomas y puede variar desde opciones conservadoras hasta intervenciones quirúrgicas, dependiendo de la severidad de la condición:
- Manejo conservador: Incluye cambios en la dieta para aliviar el estreñimiento, ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico y, en algunos casos, el uso de pesarios vaginales.
- Cirugía: Para casos más severos o cuando el manejo conservador no proporciona alivio suficiente, la cirugía puede ser necesaria para reparar el rectocele. Esto puede implicar el refuerzo o la reconstrucción de la pared entre el recto y la vagina.
¿Por qué elegir IQD Madrid?
En IQD Madrid, nuestro equipo multidisciplinar de especialistas en gastroenterología, cirugía digestiva y ginecología está comprometido con proporcionar una atención personalizada y de alta calidad. Utilizamos las últimas técnicas y tecnologías para asegurar los mejores resultados posibles para nuestros pacientes, con un enfoque en minimizar el tiempo de recuperación y mejorar la calidad de vida.
Si estás experimentando síntomas que sugieren un rectocele o si ya has sido diagnosticado con esta condición, contáctanos en IQD Madrid a través del número de teléfono que aparece en la cabecera de esta página o, si lo prefieres, a través del formulario de contacto haciendo clic aquí.
Adquirimos el compromiso de ayudarte a entender tus opciones de tratamiento y apoyarte en cada paso hacia tu recuperación.
Contáctanos
Cualquier información adicional que necesites al respecto, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.
Contáctanos
Cualquier información adicional que necesites al respecto, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.