
Sangrado anorrectal: ¿Cuándo debo acudir al especialista?
El sangrado anorrectal, también conocido como rectorragia, se refiere a la expulsión de sangre a través del ano. Lógicamente, este síntoma suele ser motivo de gran preocupación para quienes lo padecen. Aunque en muchos casos no indica una afección grave, es fundamental comprender sus posibles causas y buscar un diagnóstico adecuado para descartar problemas de salud más serios.
Este síntoma puede variar desde un ligero manchado en el papel higiénico hasta un sangrado más evidente y recurrente.
Causas comunes del sangrado anorrectal
Este tipo de sangrado suele estar relacionado con problemas en el tracto digestivo inferior, especialmente en el área recto-anal. Entre las causas más frecuentes se encuentran:
- Hemorroides: Estas son venas dilatadas en el recto o el ano, que pueden causar sangrado durante la defecación, generalmente acompañado de dolor o irritación.
- Fisuras anales: Pequeñas grietas en el revestimiento del ano, típicamente asociadas con evacuaciones dolorosas.
- Proctitis: Inflamación del recto que puede estar causada por infecciones, enfermedades inflamatorias intestinales o tratamientos de radioterapia.
- Pólipos intestinales o cáncer colorrectal: Aunque menos común, el sangrado rectal puede ser un signo temprano de estas condiciones que requieren una evaluación médica inmediata.
- Enfermedad inflamatoria intestinal (EII): Trastornos como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn pueden causar hemorragia en casos más avanzados.
- Infecciones anales o perianales: Incluyen abscesos o infecciones por transmisión sexual, como el virus del papiloma humano (VPH).
Presentaciones habituales del sangrado anorrectal
El sangrado anorrectal puede manifestarse de varias formas, dependiendo de su causa y localización en el tracto digestivo. Generalmente, este sangrado se clasifica según su apariencia y la forma en que se detecta, lo cual puede proporcionar pistas importantes sobre su origen. A continuación, se detallan las formas más frecuentes en las que puede presentarse:
- Sangre en las heces:
Puede observarse sangre fresca en la superficie de las heces, lo que suele indicar una fuente de sangrado cercana al ano, como hemorroides o fisuras anales. En algunos casos, la sangre puede estar mezclada con las heces, lo cual podría ser un signo de un problema más profundo, como pólipos, colitis o incluso cáncer colorrectal. - Sangrado en el papel higiénico:
Muchas personas notan sangre de color rojo brillante en el papel higiénico tras limpiarse. Este tipo de sangrado suele ser indicativo de lesiones superficiales, como fisuras anales o hemorroides externas. - Sangre en el water:
El sangrado más abundante puede teñir el agua del retrete de rojo brillante, indicando generalmente una fuente más cercana al ano. En casos más severos, la cantidad de sangre puede ser significativa, lo que requiere atención médica inmediata. - Sangre mezclada con las heces:
Si la sangre aparece mezclada con las heces o en forma de coágulos, podría señalar una fuente de sangrado en el colon, el recto o incluso el intestino delgado. Este patrón puede asociarse con enfermedades inflamatorias intestinales o tumores. - Sangre de color marrón oscuro o negro (melena):
Aunque menos común en el contexto de sangrado anal, las heces oscuras o negras pueden indicar sangrado en el tracto digestivo superior (como el estómago o el esófago) que ha sido digerido al pasar por el intestino. - Sangre con coágulos:
La presencia de coágulos sugiere un sangrado más significativo o prolongado, lo cual podría estar relacionado con patologías graves como cáncer o la diverticulosis de colon.
Diagnóstico
Su diagnóstico comienza con una historia clínica detallada que incluye preguntas sobre la frecuencia, cantidad y características del sangrado. Complementariamente pueden realizarse pruebas como:
- Examen físico y rectal: Permite identificar hemorroides externas, fisuras o signos de infección, en incluso la palpación de lesiones diversas mediante el tacto rectal.
- Anoscopia o sigmoidoscopia: Herramientas útiles para visualizar el canal anal y parte del recto.
- Colonoscopia: Indicada cuando el origen del sangrado no está claro o si hay factores de riesgo para patologías graves como cáncer colorrectal.
- Estudios de laboratorio: Pueden incluir análisis de sangre para evaluar anemia o infecciones.
Tratamientos disponibles
El tratamiento del sangrado anal dependerá de su causa subyacente:
- Hemorroides y fisuras anales: Se manejan con medidas conservadoras, como baños de asiento, cremas tópicas y ajustes dietéticos para evitar el estreñimiento. En casos graves, se pueden considerar procedimientos quirúrgicos.
- Enfermedad inflamatoria intestinal: Se controla con medicamentos inmunomoduladores y antiinflamatorios.
- Pólipos o cáncer: Requieren extirpación quirúrgica, a menudo acompañada de tratamientos como quimioterapia o radioterapia en casos avanzados.
Prevención y cuándo acudir al especialista
Una dieta rica en fibra, mantenerse hidratado y evitar el esfuerzo excesivo durante la defecación son medidas clave para prevenir muchas de las causas comunes de sangrado anal.
Sin embargo, es crucial buscar atención médica especializada si el sangrado es recurrente, abundante o si está acompañado de síntomas como pérdida de peso, dolor abdominal persistente o cambios en los hábitos intestinales.
En el Instituto Quirúrgico Digestivo (IQD) Madrid, ponemos a su disposición un equipo de especialistas cualificado para diagnosticar y tratar cualquier causa de sangrado anal, utilizando tecnología de vanguardia y enfoques personalizados.
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